
¿Cómo trabajar con argentinos de forma efectiva?
Comprender su psicología, identidad y forma de comunicarse es clave para negociar, liderar o colaborar con éxito en contextos empresariales. En este artículo exploramos las principales características culturales que influyen en su comportamiento profesional y personal.
La psicóloga argentina Alejandra Ferreiro, experta en desafíos interculturales y directora de GPS EntreCulturas, impartió un seminario en nuestro ciclo de webinars titulado: “La psicología del argentino en el mundo de los negocios”. En esta formación, abordó con profundidad los factores culturales y psicológicos que influyen en la manera en que las personas argentinas se relacionan en entornos profesionales.
Alejandra nos contó que en una entrevista el actor argentino Julio Chávez respondió con estas palabras a la pregunta: ¿Cómo ve el país? : «Me cuesta verle la identidad, no sé en qué punto está, se necesitan muchos años para salir de un círculo vicioso constante». Y Alejandra agrega: «Sabemos de todo pero nos sabemos que es ser argentino».
Si queremos profundizar en la psicología del argentino continúa Alejandra, tenemos que hablar de la identidad y la personalidad de los argentinos. La identidad tiene que ver con la información que nos permite explicar quienes somos. En cambio, la personalidad, está relacionada con nuestro comportamiento.
Argentina es un país de contrastes y polarizaciones. Por un lado, está la hermosa ciudad de Buenos Aires de la que los argentinos están muy orgullosos. Por el otro, está el lado vergonzoso del país que es la pobreza. Hay un 5% de pobreza extrema, y 20% de personas con trabajos informales que están fuera del sistema.
Vamos a hablar de la identidad de los argentinos…
Para arrojar más luz sobre la identidad de los argentinos es necesario entender los siguientes puntos:
1. Una identidad en tensión constante.
Ser argentino es estar fijado a una lógica disyuntiva que necesitamos trascender: descubrir el gris como puente de encuentro de la integración. El estado nacional argentino surgió de un choque de civilizaciones, de un proceso que se inicia con un Big Bang, producto de la explosión y el aniquilamiento de las culturas que tenían su propio ritmo y sus propias características antes de la llegada de los españoles y portugueses.
Para Alejandra, esta es una hipótesis que nos puede ayudar a entender las disociaciones y polarizaciones que los argentinos vienen arrastrando a lo largo de la historia. Las situaciones polares e impactantes son difíciles de digerir y corremos el riesgo de quedar fijados en un punto tratando de buscar una solución de algo que no se resuelve, puntualiza.
El desafío de los argentinos es salir de la lógica disyuntiva -a ó b- y entrar en la lógica -a y b- ó -a con b- y dirigirse a un proyecto común en el que todos puedan participar y buscar lo positivo en favor del bien común.
2. Dudar como rasgo común.
Ser argentino es no estar seguro de lo que se es. Alejandra nos hizo una confesión muy sincera que nos sorprendió a todos: «Algo que tenemos en común todos los argentinos es que compartimos el ‘dudar’ y no sabemos qué es ser argentinos. Y soportar bien o mal, no saber lo que somos». Los argentinos tenemos dos lados, en el A hay narcisismo y en el lado B hay una búsqueda de la identidad. Necesitamos que los otros nos reafirmen, nos validen y también que nos ayuden a crecer.
3. Polarización emocional e histórica.
Ser argentino es que nos haya pasado algo en común y que tendamos a polarizarnos. La falta de un consenso histórico genera polarizaciones. En primer lugar, a veces las experiencias se conectan desde el placer -esperanza-. En segundo lugar, a menudo las experiencias se conectan desde el sufrimiento -decepción-.
Hay que mencionar a un tercer grupo que no está integrado en los dos polos anteriores ya que este rechaza algunos fundamentalismos que están en el conflicto. Las personas que están dentro de esta categoría, han sido calificadas como poco comprometidas, egoístas e indiferentes ante los problemas del país.
Por consiguiente, no existe un paraguas identitario que cobije a los argentinos en su totalidad y esto hace que la historia se perciba desde dos bandos -el encuentro y el desencuentro-.
4. Ídolos ambivalentes
Ser argentino es tener héroes o ídolos ambivalentes y sufrir ambivalencia. En el año 2010, una investigación reveló que los dos argentinos más admirados a lo largo de la historia eran el futbolista Diego Armando Maradona y el Dr. René G. Favaloro.
El primero, es el deportista con todos sus claroscuros y el segundo, es un hombre que estudia en una universidad pública, que ejerce eficazmente con medios humildes en un centro asistencial en La Pampa, que estudia y triunfa en 1967 como médico en la Cleveland Clinic de Estados Unidos y se convierte en el -pionero mundial del bypass coronario-. Su vida termina en tragedia ya que en el año 2000, se suicida a los 77 años porque el estado argentino no le pagó lo adeudado a su fundación por los servicios sociales prestados. Con este tipo de personajes se siente orgullo y dolor, a la vez.
Maradona es admirado por su habilidad pero debido a su conducta también ha sido motivo de vergüenza. Al mismo tiempo, el se reinventa y trata salvarse de sus propias dificultades. Alejandra apunta: «Para el alma humana las polaridades son muy difíciles de abarcar y los argentinos se mueven en esta ambivalencia».
5. El valor de la familia.
Ser argentino es ser familiero. La familia es la razón de todo, por la que se trabaja, por la que se hacen esfuerzos, es lo primero que se extraña cuando se está fuera.
6. Herencia migratoria europea.
¿Los argentinos son italianos que hablan español? Argentina ha tenido una gran influencia europea. Algunas estadísticas constatan este hecho. En 1869 había menos de dos millones de habitantes y en 1960 había 20 millones de habitantes provenientes de Europa, Cercano y Medio Oriente, Rusia y Japón. De no ser por la ola migratoria en su mayoría italiana, y en segundo lugar española, Argentina solo hubiese tenido 8 millones de habitantes en ese entonces.
7. Diversidad cultural y deuda histórica.
Los pueblos originarios siguen siendo «ciudadanos de tercera». Se estima que en 1492 había entre 0,4 y 2 millones de aborígenes en territorio argentino. A partir de la celebración del quinto centenario de la Conquista Española se empieza a hacer una lectura diferente y se toma conciencia de la parte dolorosa y la vergüenza que ocasiona la catástrofe demográfica que tuvo como consecuencia el exterminio de los indígenas. Por esta razón, el 12 de octubre antes llamado Día de la Raza ha cambiado su nombre a Día del Respeto a la Diversidad Americana para resaltar la importancia de la diversidad cultural. A pesar de que se han tomado medidas de protección hacia los pueblos originarios estos siguen en una situación de desventaja si los comparamos con el resto de la población, ¡aún hay mucho por hacer!.
Podemos concluir que ser argentino implica integrar múltiples identidades, historias y emociones. Esta complejidad no debe verse como un obstáculo, sino como una riqueza cultural que influye directamente en la forma en que los argentinos piensan, se comunican y trabajan. Comprender esa diversidad interna es clave para establecer relaciones laborales eficaces.
Desde una perspectiva intercultural, la solución para empresas que trabajan con equipos argentinos no es simplificar ni encasillar, sino aprender a moverse en los matices. Como señala Alejandra Ferreiro, no se puede vivir en polos extremos; es necesario construir espacios intermedios que favorezcan el entendimiento mutuo. Y ese espacio se construye a través del diálogo consciente, la empatía y la formación cultural específica.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Aquí te dejamos algunas acciones concretas basadas en recomendaciones interculturales validadas:
- Fomentar la confianza personal antes de entrar en materia
→ Las relaciones interpersonales son clave en Argentina. - Evitar confrontaciones públicas
→ Si hay desacuerdos, mejor tratarlos en privado y con tacto. - Valorar la adaptabilidad y el pensamiento creativo
→ La resiliencia cultural del argentino puede ser una fortaleza en entornos cambiantes. - Ser pacientes con los procesos de toma de decisiones
→ La búsqueda de consenso y validación puede llevar tiempo, pero fortalece el compromiso. - Reconocer los vínculos familiares y emocionales
→ Influyen directamente en el estilo de liderazgo, la motivación y la comunicación.
Formación recomendada
Si en tu empresa trabajáis con personas argentinas o estáis preparando un proyecto en Argentina, ofrecemos formación especializada para equipos internacionales y mandos intermedios sobre:
- Comunicación y negociación intercultural
- Estilos de liderazgo en contextos latinos
- Adaptación de mensajes para diferentes códigos culturales
- Resolución de malentendidos desde la psicología transcultural
Escríbeme o visita mercedesvalladares.com para conocer más.
Agradecemos las aportaciones de la psicóloga argentina Alejandra Ferreiro, experta en desafíos interculturales y directora de GPS EntreCulturas, cuya ponencia “La psicología del argentino en el mundo de los negocios” sirvió de base para este análisis. Parte del contenido aquí presentado ha sido adaptado con su autorización para fines divulgativos y formativos.
Mercedes Valladares Pineda
Psicóloga Transcultural Experta en Coaching de Empresas
Acerca de la autora
Mercedes Valladares es psicóloga transcultural y experta en coaching para empresas. Acompaña a ejecutivos en el logro de sus metas mediante sesiones de psicología y coaching transcultural. Imparte formación presencial y online a equipos y organizaciones en procesos de desarrollo profesional, liderazgo, adaptación y comunicación intercultural. Trabaja con su método MOVERTE para ayudar a alcanzar objetivos con propósito. Su modelo de trabajo se inspira en la Psicología Humanista y en el respeto a los Derechos Humanos.