DISFRUTA EL PROCESO: 5 razones poderosas para disfrutar del proceso profesional en el extranjero (sin perder el norte)

Inicio / Desarrollo y crecimiento profesional / DISFRUTA EL PROCESO: 5 razones poderosas para disfrutar del proceso profesional en el extranjero (sin perder el norte)

Disfrutar del proceso profesional en el extranjero

Cuando te mudas a otro país para trabajar o para reinventarte, tu foco suele estar en “llegar”: conseguir un puesto, firmar un contrato, adaptarte al nuevo idioma. Pero lo que marca la diferencia entre sobrevivir y construir algo sólido es cómo vives ese trayecto.

Disfrutar del proceso profesional en el extranjero no es solo algo bonito de decir. Es un recurso estratégico para no agotarte, para aprender de forma más eficaz y para construir relaciones laborales más humanas y duraderas.

Enric lo sabe. Soñaba con trabajar en una multinacional europea. Para prepararse, se volcó durante un año en un curso intensivo de inglés. Lo vivió con ansiedad, encerrado en casa, sin compartir con nadie ni disfrutar de los avances. Lo consiguió, sí, pero ese año quedó marcado como un periodo gris.

No te obsesiones con la meta: aprende a saborear el trayecto

En contextos multiculturales, donde la exigencia y la incertidumbre son constantes, olvidarte de ti misma/o es fácil. Pero como decimos aquí:

“Vísteme despacio, que tengo prisa.”

Esa prisa mal gestionada puede traducirse en frustración, soledad o incluso en burnout. En cambio, cuando disfrutas del proceso profesional en el extranjero, conectas con tus recursos internos, aprendes con más profundidad y mantienes viva tu motivación.

Disfruta el proceso: cinco formas de hacerlo

Disfrutar el proceso no significa distraerte ni relajarte de más. Significa estar presente en el proceso, con atención y sentido. Aquí tienes cinco formas de hacerlo, respaldadas por la experiencia de personas como tú, que han trabajado y crecido en entornos diversos:

1. Haz pequeñas pausas de reflexión

Almudena, una project manager madrileña, vive en Frankfurt desde hace dos años. Al principio intentaba rendir el triple para “demostrar su valía”. Fue su mentor alemán quien le dijo:

“Si no te paras a mirar lo que haces, no puedes mejorar.”
Desde entonces, dedica cinco minutos al final de su jornada a escribir tres cosas que ha aprendido. Esa práctica le ha ayudado a ganar claridad y a soltar la autoexigencia.

Aplicación profesional: bloquea 10 minutos semanales para revisar qué habilidades nuevas estás desarrollando. ¿Has liderado una reunión compleja? ¿Has mediado en un malentendido intercultural? Anótalo.

2. Conecta con las personas, más allá de lo laboral

Carlos, un ingeniero sevillano en una startup en Zúrich, descubrió que el afterwork era una mina de oro. En lugar de irse corriendo a casa a estudiar alemán, se quedó a tomar algo con su equipo.

“Aprendí más en dos cervezas con mis compañeras que en semanas de formación online.”
Disfrutar del proceso profesional en el extranjero también significa abrirse a las relaciones humanas, que son el verdadero puente cultural.

Tip: si te cuesta abrirte, empieza con algo sencillo: pregunta por la comida típica de su ciudad, o qué les sorprendió de tu país. La conversación hará el resto.

3. Celebra los microéxitos

Elena, consultora en París, tenía la costumbre de hacer “check” mental a sus tareas… sin celebrar nada. Un día, su jefe le dijo:

“Te esfuerzas mucho, pero nunca pareces satisfecha. ¿Qué necesitas para sentirte orgullosa?”
Desde entonces, se regala una pequeña recompensa cada vez que supera una barrera lingüística o un reto comercial.

Puedes usar técnicas como el refuerzo positivo inmediato: una nota, un café especial, una sonrisa de complicidad contigo. Cada victoria suma confianza.

4. Date permiso para equivocarte

Este punto es crucial. El miedo al error es una de las barreras más frecuentes entre quienes trabajan en el extranjero. Pero equivocarse no es fallar: es avanzar.

Un estudio publicado por Harvard Business Review explica que las culturas que toleran el error y lo integran como parte del aprendizaje empresarial son más innovadoras y resilientes (Edmondson, 2011).

Como me dijo una vez una responsable de RRHH en Copenhague:

“Prefiero una persona que se equivoque y lo cuente a tiempo, que una que no arriesgue por miedo.”

Reescribe tus errores como aprendizajes. En vez de “me equivoqué en la presentación”, cambia a “aprendí que necesito más contexto antes de presentar datos en esta empresa”.

Y recuerda el refrán:

“El que tiene boca, se equivoca… y aprende.”

5. Vuelve a tu propósito cada semana

Cuando sientas que todo te pesa o que el idioma te bloquea, vuelve al por qué.
¿Por qué estás en este país? ¿Qué querías aportar al mundo con tu trabajo?
Volver a tu propósito no es solo un ejercicio de motivación: es una herramienta de claridad.

Te ayudará a distinguir lo importante de lo urgente, a resistir la presión y a no perderte a ti misma/o por el camino.

Puedes usar herramientas como tu diario profesional, un vision board o simplemente una conversación honesta con una persona de confianza.

¿Qué pasa cuando te permites disfrutar?

Empiezas a tomar decisiones con más claridad, a relacionarte desde un lugar más auténtico y a generar confianza a tu alrededor. Tu bienestar se refleja en tu trabajo. Lo notan tus compañeros, lo nota tu equipo, lo nota tu entorno.

Y eso, en las empresas internacionales, marca la diferencia entre una integración superficial y una verdadera transformación profesional.

Como decía una clienta mía que hoy lidera un equipo en Países Bajos:

“Cuando empecé a disfrutar del camino, empecé a ser mucho más eficiente y creativa.”

Sigue explorando cómo crecer sin perderte

Te dejo recursos complementarios que pueden ayudarte a seguir reflexionando:

🔗 5 razones ocultas para emigrar que rara vez se mencionan
🔗 Strategies for Learning from Failure – Harvard Business Review

Acerca de la autora

Mercedes Valladares es psicóloga transcultural y experta en coaching para empresas. Acompaña a ejecutivos en el logro de sus metas mediante sesiones de psicología y coaching transcultural. Imparte formación presencial y online a equipos y organizaciones en procesos de desarrollo profesional, liderazgo, adaptación y comunicación intercultural. Trabaja con su método MOVERTE para ayudar a conseguir objetivos con propósito. Su modelo de trabajo se inspira en la Psicología Humanista y en el respeto a los Derechos Humanos.