Me encanta la coincidencia de que hoy, 19 de noviembre, se celebre el “Día Internacional del Hombre” y el “Día de la Mujer Emprendedora”.
En relación con la primera celebración, es importante enfocarnos en que el lema de 2023 es: “SUICIDIO MASCULINO CERO”.
El suicidio masculino puede estar relacionado con el machismo. Aunque no he encontrado datos recientes para saber cómo impera el machismo en la Unión Europea, me remito al Eurobarómetro Especial 465, publicado en 2017, que menciona a países como Bulgaria, Hungría, República Checa, Polonia y Letonia como los más machistas.
En estos países, persisten con mucha fuerza algunas creencias en relación con los roles que deben desempeñar los hombres en la sociedad: ser siempre fuertes, competitivos, no fracasar y no expresar sus emociones.
Esto no significa que en otros países europeos y del mundo, los hombres sean libres de expresar su vulnerabilidad. En mayor o menor medida, los hombres todavía creen que algo tan humano como “llorar” les hará perder el respeto de su entorno.
En general, los hombres creen que deben ser fuertes, lo que dificulta que busquen ayuda y que exterioricen sus sentimientos. Tuve un jefe que decidió quitarse la vida en la crisis del 2009. Sus negocios fracasaron estrepitosamente y, antes de enfrentar esa situación, decidió poner fin a su vida.
Afortunadamente, puedo dar fe de que el estigma que tenían algunos hombres hacia la ciencia de la psicología está desapareciendo. En la actualidad, acompaño a hombres que me confían sus problemas en el marco de la atención psicológica y se sienten libres para expresar su vulnerabilidad sin ningún tipo de complejo. Llorar es una emoción liberadora; no hacerlo es permanecer en una cárcel interior.
En relación con el Día de la Mujer Emprendedora, es importante enfocarnos en que es una conmemoración que también rompe prejuicios y estereotipos sobre las mujeres.
Una vez que las mujeres han tenido la posibilidad de emprender sus propios negocios, se ha hecho visible que tienen capacidades para promover sus ideas y aportar a la economía más allá del ámbito familiar, desempeñándose en carreras típicamente femeninas que se caracterizaban por apoyar a los hombres en sus empresas.
En los cursos que imparto sobre emprendimiento femenino, motivo a las participantes a salir de su zona de confort. Las mujeres emprendemos en pequeño y no asumimos grandes riesgos porque no hemos tenido la posibilidad de hacerlo.
Ahora, se preparan en áreas que hasta ahora no habíamos invadido, como la política, las finanzas, la economía, las matemáticas, etc.
En los últimos años, las mujeres estamos rompiendo moldes. En lugar de imitar el liderazgo tradicional, estamos haciendo las cosas desde perspectivas que antes no se habían explorado.
En definitiva, hoy es un día para romper moldes y estereotipos. Os invito, por un lado, a normalizar las emociones en los hombres y, por el otro, a apoyar el emprendimiento de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Mercedes Valladares
Psicóloga Transcultural Experta en Coaching
Colegiada 24827
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