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¿Cuál es tu país de origen?

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La llegada de ciudadanos de todas partes del mundo ha convertido a España en un país más diverso e intercultural. En entornos de expatriados y de empresas multinacionales se recibe con más naturalidad la pregunta: ¿Cuál es tu país de origen?

Sin embargo, en otros ambientes menos heterogéneos esta pregunta puede resultar incómoda si la hacemos en el mismo momento en que nos presentan a un extranjero.

He tenido la oportunidad de conversar sobre este tema con amigos que llevan muchos años viviendo en España, de diferentes nacionalidades y con antecedentes profesionales distintos.

Los factores que tienen más influencia en que los extranjeros se sientan cómodos con esta pregunta son por un lado, el contexto, la forma y la intención que tiene la persona que interroga.

Varios amigos, me han comentado que se sienten incómodos cuando esta pregunta esconde prejuicios y estereotipos, como por ejemplo: estatus social o el concepto que se tiene sobre su país. En estas situaciones es probable que un extranjero evada la pregunta o no conteste directamente.

Una venezolana me explicó que lo que le genera rechazo es el tono de voz y el lenguaje corporal, “en función de estos elementos puedo interpretar porque me hacen determinado tipo de preguntas, si son para conocerme o porque mi nacionalidad determina cómo me ven”.

Cuando comenta que sus padres son inmigrantes españoles, es percibida como española y cuando dice que es venezolana, le da la sensación de que le ponen etiquetas que no encajan con su forma de ser.

Un argentino opina que algunas personas hacen preguntas de forma inquisidora debido al desconocimiento sobre otros países. Esta situación le produce la sensación de presentase a un examen sobre su país casi diario. “En un principio esta situación es muy molesta pero cuando la cuentas varias veces, te acostumbras a decir lo mismo”.

Por otro lado, las circunstancias que se viven en el país de origen de un extranjero, influyen en el tipo de respuestas que estos dan en relación a su nacionalidad.

Las personas de países con situaciones complicadas a nivel económico y político sienten ambigüedad ante esta pregunta. Dos conocidas de Venezuela me contestaron de diferente manera.

La primera, me dijo que se sentía a gusto porque las personas muestran interés por sus raíces y ella da a conocer las cosas positivas de su tierra: “su paisaje y la alegría de su gente”. Pero que le entristece recordar las condiciones en que se encuentra su país en la actualidad.

La segunda, me contestó: “es una pregunta difícil, usualmente no me gusta que me la hagan, a menos que haya confianza o tiempo para dar una larga respuesta”.

Mi amigo argentino citado anteriormente, vino a España para escapar de la crisis argentina. Le molestaba explicar algo tan poco comprensible en el extranjero, como el “corralito” y la corrupción. La crisis española ha ayudado a que la gente se identificara con algunas de sus vivencias y con los motivos que lo impulsaron a marcharse de su país.

Otro amigo de Ruanda se conforma con contar algo de lo que queda de la tierra en la que nació y a la que no puede acceder debido a que las guerras entre potencias la han hecho hostil.

Dos amigos brasileños, por lo general, responden amablemente. Sin embargo, cuando hablan de la situación política de su país no están seguros de que esta sea comprendida en España.

Agregan que muchas veces la pregunta tiene que ver con la crisis. ¿Qué haces aquí si Brasil tiene muchas más oportunidades que España y hay muchos españoles saliendo para tu país?

El otro lado de la moneda

Los motivos que pueden llevar a un español a preguntar sobre el país de origen en el momento en el que le presentan a un extranjero pueden ser diferentes.

En primer lugar, es una forma de iniciar una conversación aunque las personas no tengan un interés real sobre el país del extranjero. Una persona que a priori hace preguntas sobre la nacionalidad de otra puede dar pistas sobre sí mismo; quizá sea una persona que no ha tenido contacto con gente de diversos orígenes y por ello, no ha tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades interculturales.

En segundo lugar, puede existir un interés real para conocer a una persona de un país distinto. Detrás de una pregunta empática y sincera se abren una serie de temas sobre los cuales se puede seguir hablando y puede construir un puente de acercamiento entre personas de diferentes culturas.

En tercer lugar, puede depender de las costumbres del país. Por ejemplo, hacer esta pregunta es común en los irlandeses ya que a ellos les interesa la opinión que tienen los extranjeros sobre su cultura. Por lo general, preguntan: Where are you from? Y su respuesta es: “Oh wow… cool… How long have you been here? How do you find us? Do you like Dublin?

En cuarto lugar, puede ser que realmente existe un estereotipo y se pregunta para corroborar la información que se tiene previamente. La parte positiva de los estereotipos es que nos ayudan a ahorrar tiempo. Sería imposible conocer a todas las personas en profundidad. Por esta razón, nos basamos en prejuicios relacionados con el país de origen, la apariencia física, la clase social, la educación que hemos recibido, la situación económica, etc.

Si preguntamos con respeto y dentro de un contexto adecuado, es probable que a la mayoría de los extranjeros les guste hablar de su país de origen. Hay que tener en consideración que muchas personas emigran por razones económicas, de violencia y de inseguridad, las cuales pueden generar sentimientos negativos hacia su propio país.

Además, recordemos que aunque algunos extranjeros conservan su acento o su apariencia es distinta, llevan muchos años en España, trabajan y pagan impuestos, se han casado con un español y han creado su propia familia; fijarnos solo en las diferencias puede romper su sensación de pertenencia e integración en España.

También es importante tener presente que no preguntar por el país de origen a un extranjero podría generar una doble interpretación. Si alguien no pregunta por la nacionalidad es porque no siente confianza o percibe alguna barrera. Asimismo, puede ser que la persona que no pregunta está libre de prejuicios y considera a los extranjeros como iguales o simplemente, no lo hace porque quiere ser respetuoso.

En definitiva, hacer preguntas sobre la nacionalidad de una persona tiene relación con nuestra experiencia en el trato con extranjeros, nuestra sensibilidad intercultural, nuestra empatía y el interés que tengamos hacia las personas de otras culturas.

Mercedes Valladares Pineda
Psicóloga Experta en Coaching Transcultural

ACERCA DE LA AUTORA

MERCEDES VALLADARES PINEDA, trabaja en Madrid de forma presencial. Y, a través de plataformas on line, a nivel internacional. Facilita procesos de coaching personal, de negocios y formación a medida a empresas y «one to one» a individuos. Utiliza la psicología y la cultura como dos herramientas que se retroalimentan mutuamente. Por ello, actúa como facilitadora de integración a las personas que quieren adaptarse a otra cultura en tiempo récord para sacar el mejor rendimiento económico y personal durante su estancia en otra cultura. Asimismo, ayuda a parejas mixtas a superar barreras culturales que producen malos entendidos. Ha creado su propio modelo de trabajo inspirado en la Psicología Humanista y el respeto a los Derechos Humanos. Trabaja con expatriados, cooperantes internacionales, ONG, escuelas de negocios y universidades, diplomáticos, cónyuges de diplomáticos y familias de expatriados que necesitan orientación en una nueva cultura.