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Eres más raro que un perro verde

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Por si mismo, la palabra “rara” suena de una forma peculiar. En castellano, son pocas las palabras con dos sílabas que contienen la consonante “erre” dos veces. Si tiramos de la RAE (Diccionario de la Real Academia Española) este adjetivo que viene del latín “rarus” tiene seis  acepciones:  


1. Te comportas de un modo inhabitual. 
2. Es algo extraordinario, poco común o frecuente.
3. Es algo escaso en su clase o especie. 
4. Es insigne, sobresaliente o excelente en su línea 
5. Es alguien extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse. 
6.  Es un gas enrarecido: que tiene poca densidad y consistencia.

Las seis acepciones nos indican que se trata de algo o alguien que tiene una característica particular que le distingue de las demás cosas o de las demás personas.

Si vives en España lo más seguro es que hayas escuchado la expresión: “Eres más raro que un perro verde”. Si te dicen esta frase significa que te comportas de diferente manera a la habitual, que eres poco común o que has hecho algo extravagante o extraordinario.

Al conversar con un amigo me di cuenta de que en el mundo hay muchas más personas raras de las que yo pensaba. Mi amigo me contó que un conocido suyo era muy “raro” porque se había comprado una furgoneta para llevar a sus hijos en lugar de un coche de siete plazas diseñado para familias numerosas. Efectivamente, su comportamiento no es inhabitual.

Acto seguido, le pregunté: ¿Y tú en qué eres raro?. De inmediato me contestó: “soy raro porque he puesto un negocio en una zona que no es comercial y no está yendo bien”.  Él me preguntó: ¿Y tú en qué eres rara? Yo le contesté: “soy rara porque disfruto mucho de mi soledad”.

Después de esa pequeña conversación realicé que, en efecto, en muchos casos las personas “raras” realizan actos bastante atípicos, pero que en su mayoría las personas raras son aquellas que, de ordinario, se comportan de manera distinta a los demás.


“Rara” es una amiga que cuando sale de noche solo bebe una coca-cola light. “Rara” es una amiga que decidió ser vegana y que me lleva a comer a los Hare Krishna una vez al mes. “Rara” es mi amiga que los viernes por la mañana lleva una blusa de lentejuelas. “Rara” es mi amiga que solo habla de temas intelectuales. “Raro” es mi amigo que prefiere tomar café sin compañía en lugar de ir con sus colegas de trabajo. “Raro” es un amigo reservado que no le gusta hablar de su vida sentimental.


No son raras un grupo de chicas que solo beben coca – cola light cuando salen de juerga por la noche. No son raras las veganas que van juntas a comer a los Hare Krishna una vez al mes. No son raras el grupo de chicas que llevan blusas de lentejuelas los viernes por la mañana para irse de copas después del trabajo. No son raras las chicas que salen por las noches y hablan sobre temas intelectuales. No son raros los hombres que coinciden en una cafetería tomando café cada uno por su cuenta. No son raros los amigos que coinciden en que es mejor no hablar de temas personales.

Así, el mundo se divide entre las personas raras y las normales. Las raras son aquellas que piensan, sienten y se comportan diferente a nosotros. Y las normales son las personas que piensan, sienten y se comportan de forma similar a nosotros.

Nuestra mente está llena de carpetas con diferentes nombres, colores o tipos de letra. La buena noticia es que si te relacionas con personas como tú será muy sencillo clasificarlas. Y, la mala es que si no te relacionas con las personas raras  no tendrás la posibilidad de crear nuevas carpetas y entender diferentes formas de percibir el mundo.

Derek Sivers en una charla TED titulada: “Raros o simplemente diferentes”, nos dice que a veces es necesario viajar al otro lado del mundo para darnos cuenta de que tenemos prejuicios de los que no somos conscientes y que cuando los descubrimos aprendemos a pensar de manera diferente.

Por ejemplo, hay doctores en China que piensan que su trabajo es mantener a las personas sanas. Así que, cuando gozas de salud durante un mes entero les pagas y cuando estás enfermo, no les tienes que pagar. Por lo tanto, el personal médico cobra más cuando estás sano.

De la misma manera, cuando hablamos de música pensamos que el comienzo de la frase musical es uno, dos, tres, cuatro. En otros continentes como en algunos países del occidente de África, uno es el final de la frase musical. Por esta razón, no se trata solamente de la frase, sino también del modo en que empiezan la música: dos, tres, cuatro y uno. Sivers nos recuerda un dicho que reza: “Cualquier cosa que digas sobre la India es cierto, pero si dices lo contrario también es cierto”.

Por si no lo sabías, en Escocía en el año 2017 una perra dio a luz a 9 perros y uno de ellos era de color verde. Su color se debió a la “biliverdina” un pigmento de la placenta color verde  que desaparece con el tiempo.

“Nunca sabes a quién le va a gustar ese conjunto de rarezas que eres”.

Mercedes Valladares Pineda

Psicóloga coach Experta en Coaching TransCultural