La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) trabajó durante muchos años en la elaboración de laDeclaración Universal de la Diversidad Cultural. Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 precipitaron su adopción en París, el 2 de noviembre de ese mismo año.
En diciembre de 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo el día mundial de la “Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo”, subrayando la importancia que tiene la protección de la diversidad cultural y el diálogo entre las civilizaciones en el mundo moderno para prevenir la segregación y el fundamentalismo en algunas culturas. En el año 2003, este día se celebró por primera vez.
A partir de entonces, en diferentes partes del mundo se organizan eventos para fomentar el entendimiento y la implementación de la diversidad cultural entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la empresa privada.
En muchas de estas celebraciones se presentan los resultados de la puesta en marcha de esta declaración en diferentes países; se realizan programas educativos para niños y adolescentes; se organizan seminarios dirigidos a profesionales de diferentes sectores y se firman acuerdos entre organismos oficiales y grupos étnicos.
Además, hay exposiciones sobre la historia de varios grupos culturales que han tenido influencia en la formación de nuestra identidad. En definitiva, festejamos la convivencia entre valores culturales diferentes y buscamos la manera de preservarlos.
¿Alguna vez has leído algún artículo relacionado con la gestión de la diversidad en el ámbito familiar?
Por lo general, los artículos que nos hablan de la diversidad cultural ponen el foco de atención en el mundo globalizado en el que vivimos y en que los intercambios con personas de diferentes culturas han dejado de ser una excepción porque se han convertido en una regla. Y es que evidentemente, cuando se habla de diversidad cultural esta se asocia casi de forma exclusiva con una cultura específica y un entorno geográfico determinado.
Quizá esto influye para que algunos padres de familia piensen que los responsables de ofrecer educación en el ámbito de la diversidad cultural son las escuelas y los gobiernos. Por esta razón, se olvidan de que la diversidad es un concepto que va mucho más allá de la cultura y que también incluye las diferencias lingüísticas, de género, genéticas, ecológicas, sexuales, funcionales y generacionales.
En realidad, el primer lugar en el que aprendes a gestionar la diversidad desde una perspectiva más amplia es en tu propia casa. Luego, dependiendo del tipo de escuela a la que vayas te encuentras con un entorno más o menos heterogéneo. Posteriormente, entiendes las diferencias que hay dentro de tu propio país y por último, las diferencias entre países a nivel internacional.
En otras palabras, antes de que un niño interactúe con sus pares en un mundo diverso y multicultural, deberá entender y aceptar la diversidad que existe en su propio hogar.
La familia, es nuestro primer nicho cultural compuesto por patrones, normas, costumbres, valores y creencias que aprendemos por imitación y de manera experiencial. Esta, tiene una gran influencia en la formación de nuestra identidad y en las interacciones que tenemos con nuestro entorno. De hecho, heredamos de nuestros padres los primeros prejuicios, estereotipos y generalizaciones que hacemos sobre el mundo.
Dentro de la diversidad de una familia, todos somos muy desiguales, muy diferentes, pero eso no quiere decir que seamos antagónicos. Aunque pertenecemos a una misma familia nacemos en familias cambiantes. No es lo mismo ser el primogénito que ser el hijo menor.
Supongamos que hablamos de una pareja tradicional en la que los padres están casados y deciden formar una familia. En el momento en que tienen a su primer hijo, estos no tienen experiencia, se sienten inseguros y constantemente se cuestionan si se están desempeñando bien como padres. Cuando nace su segundo hijo, la situación familiar varía. ¡Todos son parte de una misma familia pero al mismo tiempo forman parte de una familia distinta!
Desde el momento de su nacimiento, el nuevo miembro de la familia tiene un hermano con el que puede relacionarse y unos padres con más experiencia y más seguridad sobre su rol familiar. Por su parte, el primogénito aprende a compartir con su hermano un espacio que antes era exclusivo para él y con otros padres, ya que ahora estos distribuyen su tiempo entre ambos.
El primer reto que tienen los padres es gestionar las diferencias entre sus hijos, los aspectos individuales y únicos que los hacen incomparables entre ellos y de los otros seres humanos. En el ejemplo que he citado, los dos hijos tienen los mismos derechos pero necesidades e inquietudes diferentes.
Asimismo, tenemos relaciones con nuestros abuelos, nuestros tíos, nuestros primos. Las casuísticas de una familia son infinitas. Se puede dar el caso de que nuestra situación económica sea mejor que la de nuestros parientes y que esto tenga como consecuencia que vivamos en zonas con mayor bienestar; o que algunos de nuestros familiares se vistan diferente o tengan un credo religioso contrario al nuestro.
En otros casos, hay generaciones que sufren adicciones, madres solteras, embarazos no deseados, discapacitados físicos, enfermedades, miembros con una orientación sexual o ideología política opuesta.
¿Estás al corriente de tu propia historia familiar?
Comprender la diversidad en diferentes contextos, exige autoconocernos para aumentar el flujo de información que tenemos sobre nosotros mismos, entender de dónde venimos, porqué estamos en determinado lugar y hacia dónde queremos dirigirnos.
El conocimiento profundo de nuestra historia, es un paso para acercarnos al otro. Si no la conoces y tienes acceso a ella a través de un familiar, te sorprenderás de la diversidad que hay en tu propia familia, incrementarás el grado de conocimiento sobre tu origen y tendrás más posibilidades de entender a los demás.
¿Cómo resuelves los conflictos y gestionas la diversidad en tu familia?
¿De forma autocrática?
¿Tienes en cuenta la individualidad de cada uno de sus miembros?
¿Haces negociaciones?
¿Eres coherente si tratas de gestionar la diversidad en tu empresa si no sabes gestionar la de tu propia familia?
No cabe duda que la familia es un entorno ideal para practicar la gestión de la diversidad.
Michel E. de Montaigne decía: “encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás”.
Mercedes Valladares Pineda
Psicóloga Experta en Coaching Transcultural
ACERCA DE LA AUTORA
MERCEDES VALLADARES PINEDA, trabaja en Madrid de forma presencial. Y, a través de plataformas on line, a nivel internacional. Facilita procesos de coaching personal, de negocios y formación a medida a empresas y «one to one» a individuos. Utiliza la psicología y la cultura como dos herramientas que se retroalimentan mutuamente. Por ello, actúa como facilitadora de integración a las personas que quieren adaptarse a otra cultura en tiempo récord para sacar el mejor rendimiento económico y personal durante su estancia en otra cultura. Asimismo, ayuda a parejas mixtas a superar barreras culturales que producen malos entendidos. Ha creado su propio modelo de trabajo inspirado en la Psicología Humanista y el respeto a los Derechos Humanos. Trabaja con expatriados, cooperantes internacionales, ONG, escuelas de negocios y universidades, diplomáticos, cónyuges de diplomáticos y familias de expatriados que necesitan orientación en una nueva cultura.