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Más allá de las palabras: El poder del lenguaje inclusivo (Primera parte)

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El pasado 11 de junio impartimos el seminario on line: “Más allá de las palabras: El poder del Lenguaje Inclusivo”. En esa ocasión tuvimos el placer de contar con una invitada muy especial: Jazmín Chamizo, interculturalista que lleva más de 20 años trabajando en el sector de la interculturalidad. Jazmín, ha trabajado en temas de Diversidad y Comunicación Intercultural tanto en empresas públicas como en empresas privadas.

Nuestra invitada se prestó a ser nuestra “conejilla de indias” ya que desconocía los contenidos que se iban a tratar. Razón de más para agradecerle su participación y sus aportaciones que, sin duda, enriquecieron nuestra presentación.

El objetivo principal de este seminario fue promover la reflexión acerca del uso del lenguaje inclusivo desde diferentes perspectivas, ya que por lo general, se asocia a un feminismo percibido en su forma más negativa como “radical”,  generando malentendidos como si se tratara de un ataque hacia los hombres.

Quisimos dejar muy claro que nuestra intención no es convencer a nadie para que adopte este tipo de lenguaje, pues estamos convencidos de que cada persona tiene los recursos apropiados para elegir el tipo de lenguaje que quiere utilizar para expresar sus ideas.

 Una vez hecha esta aclaración, te lanzamos la siguiente pregunta:

 ¿Qué se te viene a la mente cuando hablamos de lenguaje inclusivo?

Lo primero que se te viene a la mente es que se trata de un lenguaje complejo, difícil de adoptar, que más bien parece un trabalenguas. Te parece incómodo y poco práctico cambiar  el genérico masculino de toda la vida, por el femenino y,  como es normal, un cambio de hábito, al principio produce un profundo rechazo.

Para que entiendas el lenguaje inclusivo es necesario que abordemos algunos conceptos, a través de las siguientes distinciones.

 ¿Sabes cuál es la diferencia entre género y sexo?

El sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que distinguen a los hombres y a las mujeres; es decir, los rasgos genéticos, los órganos sexuales, los cromosomas, etc. Un rasgo distintivo muy evidente es que la voz en los hombres es más grave que la de las mujeres.

El género es un concepto que fue utilizado por primera vez en el año de 1968 por el profesor estadounidense de psiquiatría en la universidad de California, Robert Jesse Stoller y se refiere a las distinciones sociales, culturales, y ambientales que definen las expectativas y los comportamientos que tenemos sobre los sexos.

Para que comprendas mejor lo que es el género, te comento el caso de una cliente nigeriana de 32 años que no se puede quedar embarazada. Cada vez que su madre le pregunta, ¿estás embarazada?, sufre porque ella y su pareja aún no lo han conseguido. Este es un rol de género que siempre se nos ha atribuido a las mujeres: “las mujeres deben ser madres”. Un ejemplo de rol de género masculino es: «los hombres deben ser fuertes y no deben llorar».

¿Sabes cuál es la diferencia entre identidad de género y la orientación sexual?

La identidad de género es la percepción subjetiva que una persona tiene sobre si misma en cuanto a su propio género que podría o no coincidir con sus características sexuales; algunos autores consideran que la identidad de género es el sexo psicológico o psíquico. Por ejemplo, una mujer con características sexuales propias de su sexo podría sentirse un hombre.

La orientación sexual se refiere a la atracción sexual que una persona siente hacia otra en el plano afectivo, emotivo, romántico y sexual.

Una vez que tenemos claros estos cuatro conceptos vamos a revisar de forma escueta algunas clasificaciones sobre la orientación sexual.

Una persona heterosexual es aquella que se siente atraída hacia personas del mismo sexo. Por ejemplo, a una mujer le gusta un hombre y viceversa.

Una persona bisexual es aquella que se siente atraída hacia personas del mismo sexo y hacia personas del sexo opuesto. Por ejemplo, a una mujer le pueden gustar los hombres y las mujeres.

Una persona homosexual es aquella que se siente atraída por otra de su mismo sexo. Por ejemplo, una mujer se puede sentir atraída hacia otra mujer.

Una persona transexual es aquella que se ha sometido a un tratamiento hormonal y quirúrgico para adquirir la apariencia física de las personas del sexo opuesto. Es decir que, hay discordancia entre la personalidad y las emociones de una persona con respecto a las normas socioculturales de género. Te cito el caso de una mujer que se hace una intervención para quitarse los pechos y se somete a un tratamiento hormonal para conseguir que su voz sea más grave.

Ahora que ya tenemos claras las clasificaciones sobre la orientación sexual, vamos a hacer una breve revisión sobre algunas clasificaciones sobre el género:

Una persona transgénero es aquella que no se identifica con su sexo, para ser más precisos con sus genitales. Por ejemplo, una mujer, se puede sentir hombre, es decir que este concepto está relacionada con la identidad de género.

Una persona no binaria, no siente que hay más masculinidad o feminidad. En otras palabras, no se siente identificada con lo masculino o lo femenino.

Una persona género queer sostiene que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente inscritas en la naturaleza humana, sino que son el resultado de una construcción social, que varía en cada sociedad.

Una persona multigénero se identifica con varios géneros a la vez, pueden identificarse con géneros no binarios, géneros binarios y agénero.

Una persona de tercer género, no se considera ni hombre, ni mujer, sino otra identidad en proceso de evolución y de entendimiento. Lo llaman también tercer sexo o género neutro. Hay personas que no se sienten ni mujeres ni hombres y reclaman su espacio y su derecho a una identificación legal que los encaje. Varios países ya legislan este fenómeno.

¿Qué te parecen estas clasificaciones?

 Las personas que solo conocen las clasificaciones binarias, es decir, las divisiones clásicas entre hombres y mujeres, necesitan un tiempo para asimilar toda esta información.

La siguiente pregunta que te hacemos es: ¿Cómo incluimos en el lenguaje a las personas de sexo y género no binario?

Antes de abordar ese asunto necesitamos conocer otros conceptos como el lenguaje neutro y el lenguaje no sexista.

Hay tres acepciones del lenguaje neutro:

Acepción 1. Debe ser aquel que tenga la suficiente amplitud para que se pueda comprender en cualquiera de los países de habla hispana. Hasta el momento, esa iniciativa se ha quedado solo en una declaración de intenciones porque es muy complicado llevarlo a la práctica debido a los numerosos modismos y regionalismos existentes en cada país de habla hispana.

Acepción 2. Según el diccionario de la Real Academia Española: lo neutro se define como: “lo que no es ni de uno ni de otro; que no se inclina a un lado ni a otro”.

Acepción 3. Es el lenguaje que los niños y las niñas utilizan en la actualidad y que se ha inspirado y está influido por los videos de youtube, los distintos juegos en red, el doblaje de las películas y las series de dibujos animados.

 El lenguaje no sexista, tiene dos acepciones:

Acepción 1. Intenta evitar el sesgo hacia un sexo o género social en particular.

Acepción 2. Desvaloriza el sexo femenino y/o masculino.

Llegados a este punto podemos decir que el lenguaje inclusivo va más allá de lo binario, de lo masculino y de lo femenino.

El psicólogo, Albert Ellis (1913 – 2007)  hizo una serie de investigaciones sobre las creencias en occidente y encontró que una de las más comunes es que tenemos un pensamiento binario y tendemos a clasificar las cosas en blanco y negro. Por un lado, la ventaja es que ahorramos tiempo en pensar en las tonalidades grises de los acontecimientos de nuestras vidas y por el otro, la desventaja es que no consideramos detalles que puedan llegar a ser importantes. ¿Serías capaz de abrirte a un abanico de posibilidades mucho más amplio en cualquier ámbito de tu vida?

Según un artículo de la revista Psychology Today algunas sociedades antiguas tenían una comprensión del género mucho más compleja y fluida. En la actualidad, las culturas que niegan la existencia de personas transgénero o no binarias, niegan derechos, y las personas que no se identifican con el género binario se ven obligadas a vivir en secreto o pueden ser amenazadas con violencia.

¿Cómo incluimos en el lenguaje a las personas no binarias?

Te lo contamos en nuestro próximo posts. Pero, si tienes prisa por saberlo puedes escuchar nuestro seminario on line AQUÍ. Esperamos que lo disfrutes.