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No escribas en verano

El año pasado cuando empecé a escribir mi blog una amiga me dijo: “no escribas en verano”, advirtiendo que en España durante esta época del año se paralizan muchas actividades. El resultado de haber prestado atención a ese consejo fue nefasto, las visitas a mi página bajaron de forma considerable y además perdí el hábito de escribir cada 15 días.

¿Te suena la frase: “lo haremos después del verano”?

Cuando nuestro entorno inmediato nos absorbe, nos olvidamos que vivimos en un mundo globalizado y que aunque en España estemos de vacaciones, en algunos países ─sobre todo en aquellos en que el verano dura todo el año o en los que los períodos de descanso se producen en el mes de diciembre─ se siguen haciendo negociaciones, ¡el mundo no se detiene!

¿Cuántos de tus compañeros de trabajo cuentan los días que les quedan para coger sus vacaciones?

El español es consciente de su diversidad y de que a lo largo de su territorio hay islas, playas y pueblos medievales que son de gran atractivo turístico. Por eso, desde principio del mes de junio empezamos a desconectar de nuestro entorno laboral.

Nos enfocamos en la elección del lugar de destino de nuestras vacaciones y en la llamada “operación bikini”, que consiste en perder peso para lucir buen tipo en la playa.

¿Es necesario paralizar nuestra actividad laboral desde junio aunque tengamos por delante todo el mes de julio?

Las exigencias a nivel de productividad de las empresas y de competitividad en el ámbito internacional, nos están obligando a replantearnos nuestras costumbres.

¿Es realista desconectar durante tanto tiempo de nuestras obligaciones laborales?

Es evidente que el clima en España tiene gran influencia en las costumbres de sus habitantes. Aquí, el verano es mucho más largo que en otros países europeos y debido a lo que muchos han denominado “cambio climático”, en los últimos años se prolonga incluso hasta después del mes de septiembre. Esto contribuye a que nos relajemos y nos cueste más retornar a nuestra jornada laboral después del verano.

Sin embargo, en muchos sectores ya no es posible pedir un mes de vacaciones, estas por lo general, se dividen en dos partes y se reparten entre los meses de junio, julio y agosto.

Habría que valorar el efecto que tiene que España es el país con las vacaciones más largas de Europa ─junto con los daneses, franceses y alemanes─ llegando a 30 días anuales.

Randstad ha realizado un estudio que revela que el 28% de los españoles no son capaces de desconectar del trabajo durante sus vacaciones ya que se sienten presionados por sus superiores y empresas para estar “siempre” disponibles y, atender de forma inmediata los asuntos que se consideran convenientes o importantes.

En otras palabras, tres de cada diez empleados siguen enganchados a sus trabajos durante el período estival. Es decir, un 25% más de la media europea junto con Portugal y Grecia.

Un dato digno de analizar es que en España se trabajan más horas que en el resto de Europa.

¿Crees que compensa trabajar más horas diarias y tener más vacaciones?

El hecho de que la productividad en España sea menor que en otros países, nos hace cuestionarnos la viabilidad de nuestros horarios que en lugar de favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar, nos dificulta disfrutar de nuestra familia y nos impide disponer del tiempo necesario para actuaciones que solo son realizables dentro de nuestra jornada trabajo.

Replantearnos la manera en cómo gestionamos nuestros horarios laborales, de comidas y de los comercios exige un cambio cultural, de hábitos y costumbres que irá consiguiendo de forma paulatina.

No obstante, la velocidad de los acontecimientos que se están produciendo en el mundo, nos están concienciando de que si seguimos actuando de la misma manera, corremos el riesgo de quedarnos rezagados económicamente, si nos comparamos con otros países.

Un ejemplo de lo que está ocurriendo en la actualidad es que hace 20 años, la capital española estaba totalmente desolada durante el verano. Recuerdo que en muchos bares de Madrid, se colgaba un cartel que decía: “En agosto cerramos por vacaciones”. En el restaurante en el que habitualmente almuerzo se puede leer: “Cerramos durante una semana en agosto”.

Con relación a este tema debemos cuestionarnos algunos aspectos. En primer lugar, pensemos en cómo es la relación entre jefes y subordinados en España. Sorprende mucho que un porcentaje de trabajadores no desconecten de su trabajo porque se sienten presionados por sus empresas y jefes. ¿Debería haber modelos de gestión empresarial que fomenten la autonomía y la confianza en los empleados?

En segundo lugar, podríamos cambiar la percepción que tenemos sobre el verano y limitarla exclusivamente al período real de nuestras vacaciones. En este sentido, debemos aceptarnos como seres holísticos, no como seres escindidos pretendiendo apartar de nuestra vida la actividad que nos permite solventar nuestras necesidades básicas.

Cuando planificamos nuestras agenda y dejamos actividades para después del verano distorsionamos la realidad porque asumimos que el entorno laboral permanecerá estático. El regreso a nuestro trabajo nos enfrenta con nuevos proyectos y cambios inesperados. Las consecuencias que tenemos que asumir son una acumulación de trabajo, ─las cosas que pudimos resolver antes de irnos y las que tenemos que hacer ahora─.

En tercer lugar, sería conveniente adoptar otros modelos de trabajo. ¿Has oído hablar del término trabacaciones? En las profesiones que están relacionadas directamente con la atención al cliente es muy difícil desconectar de forma radical. Pedro Rojas, en su blog nos habla de este método. Consiste en que durante tus vacaciones puedes combinar tus horarios de ocio con horarios de trabajo de forma remunerada. ¿Es probable que lo hayas estado haciendo sin recibir ningún pago por horas extra?

A partir de mi experiencia del año pasado he aprendido varias cosas:

No es cierto que todo se paraliza en verano. Muchas empresas dedican este período del año para hacer una evaluación de su desempeño y descartar las acciones que han sido infructuosas. De hecho, algunas trabajan arduamente para lanzar campañas masivas de sus productos a principios del mes de septiembre. También conozco a autónomos que captan a sus clientes en esta época ya que estos son más accesibles. Un bloguero, me comentó que está escribiendo sus artículos para publicarlos a principios de septiembre.

Se puede dividir el día en partes durante el verano, unas para trabajar y otras para disfrutar. Durante las vacaciones puedes dedicar un rato al día para hacer cosas que nos has podido hacer a lo largo del año y/o planificar las cosas que quieres hacer a tu regreso. Se trata de una estrategia de planificación hacia el futuro.

Viajar al extranjero te hace desconectar. Hasta hace algunos años se decía que: “no hacía falta ir al extranjero” gracias a la impresionante geografía española. Sin embargo, si quieres desconectar de tu país puedes ir a una ciudad con otro idioma y costumbres diferentes. En los últimos años algunos españoles escogen destinos fuera de España, un 7% va a Italia, un 5% al Caribe y un 4% a Francia. ¡Por supuesto que hay que tener en cuenta la situación económica de cada persona!

Unos días de vacaciones son suficientes para desconectar. Podemos dividir las vacaciones en varios períodos y renovar energías. Hay personas que prefieren coger las vacaciones en septiembre para aprovechar la tranquilidad de los sitios turísticos en la temporada baja y la disminución de los precios de los billetes de avión y hoteles. Estar demasiado tiempo en un mismo lugar se puede volver rutinario.

Tener en cuenta que estamos interconectados con otros países. Este punto es fundamental para valorar las pérdidas que podemos tener si trabajamos con socios internacionales y desconectamos de forma definitiva más de una semana. En mi caso particular, el año pasado me dejaron de leer todos mis seguidores de Latinoamérica que no tienen vacaciones durante el verano.

En definitiva, en contra de lo que se suele creer, más horas y días de vacaciones no equivalen a mayor calidad de vida y a mayor descanso. Lo que importa es la energía, la creatividad y la concentración empleadas en las actividades que realmente nos gustan.

Stephen Covey decía que:

“El equilibrio entre el ocio y el trabajo es sin duda una de las luchas más significativas encaradas por el hombre moderno”

Mercedes Valladares Pineda
Psicóloga Experta en Coaching Transcultural

ACERCA DE LA AUTORA

MERCEDES VALLADARES PINEDA, trabaja en Madrid de forma presencial. Y, a través de plataformas on line, a nivel internacional. Facilita procesos de coaching personal, de negocios y formación a medida a empresas y «one to one» a individuos. Utiliza la psicología y la cultura como dos herramientas que se retroalimentan mutuamente. Por ello, actúa como facilitadora de integración a las personas que quieren adaptarse a otra cultura en tiempo récord para sacar el mejor rendimiento económico y personal durante su estancia en otra cultura. Asimismo, ayuda a parejas mixtas a superar barreras culturales que producen malos entendidos. Ha creado su propio modelo de trabajo inspirado en la Psicología Humanista y el respeto a los Derechos Humanos. Trabaja con expatriados, cooperantes internacionales, ONG, escuelas de negocios y universidades, diplomáticos, cónyuges de diplomáticos y familias de expatriados que necesitan orientación en una nueva cultura.