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¿Por qué los latinoamericanos piensan que los españoles tienen un estilo de comunicación directo?

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¿Por qué los latinoamericanos piensan que los españoles tienen un estilo de comunicación directo?

Una de las ideas más comunes que tienen muchos ciudadanos latinoamericanos es que los españoles tienen un estilo de comunicación muy directo en su forma de hablar.

El estilo de comunicación es el modo en que hablamos, reaccionamos y nos expresamos con las personas en entornos y situaciones diferentes de nuestra vida. El estilo va acompañado de nuestro lenguaje no verbal – gestos y tono de voz-.

Según algunos autores hay dos estilos de comunicación: directo e indirecto.

El primero se produce cuando una persona expresa con claridad sus pensamientos, opiniones y sentimientos. Por ejemplo: “No me gusta la carne”.

El segundo se manifiesta cuando una persona se expresa con circunloquios e ideas vagas que se contradicen entre sí y conducen a errores en la comprensión de los pensamientos, opiniones y sentimientos de sus interlocutores. Por ejemplo: “A veces como carne, otras veces no y hoy no sé si voy a comer carne”. ¿En qué quedamos?

Principales diferencias entre el estilo de comunicación entre españoles y latinoamericanos

Españoles/Latinoamericanos

Se expresan de forma más informal“tutean”./Se expresan de forma más formal, utilizan el “usted”.

Utilizan un tono de voz alto e imperativo./Utilizan un tono de voz más suave.

Mueven mucho las manos mientras hablan./Mueven las manos de forma más moderada.

Utilizan con menos frecuencia las fórmulas de educación: buenos días, buenas tardes, buenas noches, gracias, por favor, de nada, etc. /Utilizan con más frecuencia estas fórmulas de educación.

Se utilizan poco los títulos profesionales: doctor, abogado, licenciado, etc. /Estos títulos se utilizan con más frecuencia.

Al hilo de estas diferencias, recuerdo que durante una formación sobre coaching transcultural en Madrid, me llamaron la atención algunos comentarios de un grupo de latinoamericanos que venían de Chile, Colombia, Brasil y Ecuador. Una participante chilena decía: “Ahora vamos a hablar al estilo español” y a continuación imitaba a los madrileños: “Ponme una caña”.

No me extraña su asombro porque es posible que en Latinoamérica al ir a un bar, cafetería o restaurante, la misma petición se haría de forma distinta: “Hola, buenos días, ¿por favor, sería tan amable en ponerme una caña?»

El cambio cultural que se ha producido en España en los últimos años y la llegada de la democracia, provocó una distensión en el uso algunas costumbres, así como la desaparición ciertos formalismos.

Hoy en día el “tuteo” se utiliza por personas de todas las edades, incluyendo a los niños que se dirigen a los mayores. Se ha eliminado el tratamiento de doctor o profesor que acompaña a quien detenta títulos universitarios y prescindimos de las normas de cortesía esenciales como dar los «buenos días» antes de iniciar una conversación.

Si a todos estos factores le sumamos un tono de voz imperativo acompañado de gesticulaciones expresivas, es lógico que los latinoamericanos interpreten que se trata de un estilo de comunicación directo.

¿Realmente los españoles son directos?

Depende de las circunstancias, del entorno en que se encuentren y de la región de donde provengan. Los gallegos son conocidos porque responden con otra pregunta.

Mira este ejemplo: Pregunta: “¿Quieres tomar el sol otoñal mañana?”. Respuesta: “¿A qué hora te vendría bien?”.

Los españoles son muy directos a la hora de expresar desagrado en las situaciones que consideran que no van a tener consecuencias negativas a largo plazo, como en el ejemplo citado arriba que consiste en decir abiertamente que no les gusta un plato de comida o determinado restaurante. O por ejemplo, cuando se sienten desagraviados o interpretan que han recibido un trato injusto: si una persona no respeta el turno en una fila, es increpada de forma directa.

Sin embargo, en otras situaciones no son tan directos o quizás más contenidos. Cuando un español no tiene claro lo que quiere hacer, hay intereses laborales o económicos de por medio o le preocupa ofender a alguien, tiene un estilo de comunicación indirecto.

En un taller que impartí la semana pasada sobre estrategias para lograr el éxito en mujeres emprendedoras y expatriadas en España una de las participantes comentaba que cuando un español no quiere quedar con otra persona utiliza frases vagas como: “lo vamos viendo”, “nos llamamos”, “confirmamos la cita un día antes”, etc.

Y como estas puedo citar otras frases que se utilizan con cierta frecuencia en España y que pueden dar lugar a confusiones o malos entendidos: “me da igual”, “como quieras”, “te llamo luego” (y esa llamada no se sabe cuando se va a producir), “tenemos pendiente vernos”, “buscamos otro momento”, (y no se concreta la fecha), “tú verás”, etc.

Podemos concluir entonces que:

1. Cuando hablamos de las similitudes y diferencias en los estilos de comunicación de diferentes culturas, estos estilos no solamente varían entre países y culturas, sino entre las personas y su personalidad.

2. Es importante entender la diversidad en los diferentes estilos de comunicación en cada región de un mismo país.

3. Tener un estilo de comunicación directo no implica hablar en tono imperativo, omitir fórmulas de educación, tutear, etc. Tiene que ver con transmitir de forma clara un mensaje.

4. El filósofo alemán Herman von Keyserling, decía que: “generalizar es siempre equivocarse”. Por esta razón, no podemos decir que todos los españoles son directos. O en su caso, que todos los latinoamericanos son indirectos.

“Entender el estilo de comunicación en una nueva cultura es como un puzzle que hay que ir armando con tiempo y paciencia”.

Mercedes Valladares Pineda
Psicóloga Experta en Coaching Transcultural

ACERCA DE LA AUTORA

MERCEDES VALLADARES PINEDA, trabaja en Madrid de forma presencial. Y, a través de plataformas on line, a nivel internacional. Facilita procesos de coaching personal, de negocios y formación a medida a empresas y «one to one» a individuos. Utiliza la psicología y la cultura como dos herramientas que se retroalimentan mutuamente. Por ello, actúa como facilitadora de integración a las personas que quieren adaptarse a otra cultura en tiempo récord para sacar el mejor rendimiento económico y personal durante su estancia en otra cultura. Asimismo, ayuda a parejas mixtas a superar barreras culturales que producen malos entendidos. Ha creado su propio modelo de trabajo inspirado en la Psicología Humanista y el respeto a los Derechos Humanos. Trabaja con expatriados, cooperantes internacionales, ONG, escuelas de negocios y universidades, diplomáticos, cónyuges de diplomáticos y familias de expatriados que necesitan orientación en una nueva cultura.